Las fallas oblicuas son aquellas que tienen movimiento combinado paralelo a las líneas de rumbo y buzamiento (movimiento oblicuo). Geométricamente, como consecuencia del movimiento combinado, estas fallas tienden a ser curvas.
Si la falla posee movimiento de rumbo (dextral o sinistral) combinado con movimiento inverso se tendrá una falla vertical en profundidad que suaviza su buzamiento hasta llegar a superficie, formando una flor positiva (Van der Plujim & Marshak, 2004).
Si el movimiento de rumbo (dextral o sinistral) se combina con un movimiento normal se tendrá una falla vertical en profundidad, cuyo ángulo de buzamiento se suaviza en su parte media, y se torna inclinada hacia la superficie (aproximadamente 60°), formando una flor negativa (Van der Plujim & Marshak, 2004).